"El fantástico se humaniza, se encuentra con la pureza ideal de su esencia, deviene lo que era. Es despojado de sus artificios: sin nada en las manos, ni en los bolsillos; reconocemos que es nuestra la huella sobre la playa, no de los súcubos, ni de los fantasmas, ni de las fuentes que lloran, es de los hombres y el creador del fantástico proclama que se identifica con el objeto fantástico. El fantástico no es, para el hombre contemporáneo, más que una manera entre cien de reenviar su propia imagen."
Jean-Paul Sartre, Aminadab
Para celebrar el título número 100 de la Serie Roja de El Barco de Vapor, Ediciones SM publicó
Dedos en la nuca, con cuentos fantásticos de once autores de diferentes lugares del mundo: Margaret Mahy (Nueva Zelandia),
Uri Orlev (Israel), Charles Mungoshi (Zimbawe), Susan Cooper (Estados Unidos), Roberto Piumini (Italia), Klaus Kordon (Alemania), Eiko Kadono (Japón), Paul Biegel (Holanda), Kit Pearson (Canadá), Bjarne Reuter (Dinamarca) y Jordi Sierra i Fabra (España).
Un niño descubre que puede ingresar y vivir con su abuelo en la dimensión de los sueños en "El canto de las ballenas". Pasar la noche en la montaña embrujada se convierte en un buen motivo por el cual dudar de las propias convicciones, como le sucede al protagonista de "La montaña". En "El espejo" una joven es reemplazada por su doble y obligada a vivir una espera que parece eterna en la oscuridad de atrás del espejo. Los ojos de una muñeca en "Los ojos", reflejan en la noche el horror y la culpa de una muerte. En "El reloj del abuelo", un joven deberá revivir el accidente de su abuelo, entregar y recibir un regalo para despedirse de él para siempre. Extraños seres habitan el cerebro de un niño dispuestos a devorarle el alma en "Cambio de cerebro". La venganza de un fantasma se apodera de la voluntad del protagonista en "Una historia de fantasmas", obligándolo a desafiar a su propio padre. Perdido en el bosque en la noche, el protagonista de "El Valle de los Cuervos" consigue hospedaje en un extraño paraje habitado por mujeres que se metamorfosean en cuervos; sin embargo el enemigo no es uno de estos seres, sino otro.
Capítulo aparte merecen tres relatos de esta antología: "Dedos en la nuca", el primer cuento que da nombre al libro, de Margaret Mahy, es un texto sin concesiones para el lector. La traición del amor y el asesinato son las consecuencias de la codicia, la hipocresía y la ambición. La condena final del protagonista será la de vagar atrapado en el tiempo y en el espacio de su crimen, eternamente detenidos en la repetición.
Un relato estremecedor es "La puerta de marfil", recreación de una leyenda medieval. Dejar de existir para los otros implica dejar de existir para uno mismo. El espanto de perder la identidad. El horror está en el imaginario de todos, incapaces de reconocer la verdad más allá de las creencias. Un hombre que se pierde en la oscuridad y el silencio de la soledad más absoluta.
En "¡Atención lector!", de Roberto Piumini, el cuento asume la narración para advertir:"Yo no soy un cuento como los demás", y ordena no continuar con la lectura. Si el lector no obedece, aquellos hechos espantosos que el relato se ve obligado a contar, se harán realidad. Y efectivamente al leerlos, surge el deseo de evitar que tales acontecimientos se realicen. Pero el horror está allí, en la realidad, fuera de los límites de un cuento.
En la lectura de Dedos en la nuca, hallaremos fantasmas, dobles, metamorfosis, brujas, bosques tenebrosos, castillos medievales, puertas prohibidas, asesinatos, espíritus errantes... Pero más allá de espectros y fenómenos sobrenaturales, el terror devendrá de encontrarse en estos relatos con lo más horroroso de los hombres, con la parte más oscura de nosotros mismos.
Recomendado a partir de los 13 años.
Marcela Carranza